CONSTRUYENDO PUENTES

Augusto Comte filósofo francés y padre de la Sociología, nos describió como “Seres Eminentemente Sociales” y asumió que por nuestra naturaleza humana necesitamos estar en contacto con otras personas, porque requerimos aprender de los demás, sin el otro no nos podemos mirar a nosotros mismos, necesitamos del otro para construirnos, tal como lo sustenta la filosofía sudafricana UBUNTU: “Yo Soy, Porque Nosotros Somos”.

El contacto, la relación o la comunicación con los demás son una necesidad humana. El psicólogo norteamericano Abraham Maslow describe a través de su Pirámide, de 5 niveles, una jerarquía de las necesidades del ser humano. En el tercer peldaño habla de la necesidad de pertenecer o afiliarse a través de la amistad, del afecto o de intimidad a un grupo. Para lograrlo depende de estar dispuestos a con-vivir con otros y compartir información que evidencie nuestra naturaleza y personalidad, por lo que el grado de convivencia mostrará en mucho el deseo por darnos al otro, de aprender del otro, y de crecer con el otro.

Retomo las palabras del filósofo francés Edgar Morin en tiempos de la pandemia del Coronavirus: “El riesgo de contagio nos recuerda nuestra propia humanidad, nuestra condición de seres profundamente sociales, inseparables los unos a los otros” (El país,2020). Ahora la pregunta es si estamos dispuestos a abrirnos a la otredad y a salir adelante “Construyendo Puentes”, como la escultura monumental veneciana diseñada en el 2017 por el artista italiano Lorenzo Quinn - hijo del famoso actor Anthony Quinn- quien a través de seis pares de manos humanas representan los valores humanos de amistad, ayuda, fe, sabiduría, esperanza y amor. Quinn declaró: «Las manos tienen tanto poder: el poder de amar, de odiar, de crear, de construir. La humanidad nunca ha crecido creando barreras” (Bedrossian,2019). Pero ¿Qué estamos dispuestos a construir como sociedad?

El filósofo austriaco Paul Watzlawick fijó en uno de sus axiomas que “No podemos No comunicar”. Así es, más allá de lo verbal lo hacemos sea con gestos, muecas o con el mismo silencio, siempre nos estamos comunicando e interactuando. Peter Drucker mencionó “Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice”. Encontremos entonces un punto en común con lxs otrxs para escucharnos, aceptemos que no somos tan diferentes, podemos con-vivir con respeto, con tolerancia y dar frutos de empatía y solidaridad.

Quizás teníamos que vivir esta pandemia para poder deconstruir lo que nos separa de los demás seres vivos. La humanidad necesita reconstruirse y salir adelante tras 15 millones de personas fallecidas en todo el mundo por la pandemia del COVID19, según cifras mencionadas por la OMS (BBC, mayo 2022). Así que nos vendría bien poner en práctica esos 6 valores representados por la gigantesca escultura de Lorenzo Quinn. El reto es vivir en el día a día la cultura del aprendizaje constante para enfocar acciones que articulen soluciones, incluso pequeñas acciones nos llevarán a grandes transformaciones.

Como seres multidimensionales podemos construir desde la desemejanza puentes como medios por los que dialoguen saberes de grupos multidisciplinarios en donde se fortalezcan ideas disruptivas capaces de ver y abordar las demandas de los diferentes sectores sociales que gritan su necesidad por renovarse, reinventarse y restructurarse para mejorar sus condiciones y poder enfrentar los efectos de las brechas psicológicas, sociales, culturales, económicas y tecnológicas que se han evidenciado y lamentablemente agudizado. Construyamos puentes desde nuestra grandeza humana y agradezcamos que no hay un yo sin un tu. Somos nosotros, esto es, nos y otros.