ME DESPERTÓ EL CANTO DEL AVE

Casi entrada la primavera un ave visita mi ventana, su canto endulza el amanecer y me recuerda la bendición de estar viva, de poder escucharla, de poder levantarme y de tener la oportunidad de reaprender para reconstruirme. Al pasar de los años cuando llega la primavera hago el recuento de cuánto he podido sembrar en las temporadas pasadas, cuáles son los frutos cosechados y cuántos de ellos he podido compartir.

En esta temporada podemos ver más mariposas en el ambiente y qué decir del aleteo de las mariposas monarcas que tiñen con su color naranja el cielo del Estado de México y el de Michoacán. Tan asombrosa y diversa es la naturaleza, porque desde su generosidad crea plantas y nos permite disfrutar de flores bellas e incomparables, con texturas, formas, tamaños, colores, olores y propiedades tan maravillosas, y con gran valor y aporte para nuestro bienestar. La riqueza de las plantas es variada: hay medicinales, algunas de ornato, otras para nuestro alimento, así como las que sirven de sostén para diferentes especies. Lo cierto es que son sorprendentes, como lo somos las mujeres, porque se expresan con personalidades diferentes y con una gran contribución a la humanidad. Nosotras somos procreadoras, nos distinguimos por la innovación valiosa, por ser resilientes, valientes, luchadoras, inteligentes e incansables en impulsar el desarrollo humano. Nos expresamos de manera admirable, útil y eficaz como educadoras, rectoras, enfermeras, curanderas, cocineras, ejecutivas, emprendedoras, marchantas, funcionarias, legisladoras y entre otras, como jefas de estado. Somos singulares, sobre todo, por ser portadoras del ADN que cual bumerang en espiral crea vida con la ternura y la sensibilidad del corazón. No es casualidad que en el tercer mes del año también se festeje el Día de la Familia, que desde sus nuevas y diversas conformaciones evidencia la gran contribución que hacemos las mujeres en la base de toda sociedad, esto es, en la familia.

También fuimos fuente de inspiración para Cervantes en El Quijote de la Mancha cuando dijo de las mujeres: “Porque has de saber Sancho, que las mujeres son la más perfectas de las creaciones divinas. Que, aunque son más hermosas que las flores, las estrellas y la luna llena juntas, son fuertes como el acero de mi lanza. Por eso Sancho, es menester entre los caballeros, que debemos estar prestos a sus privaciones, amarlas, cuidarlas como a la niña de tus ojos, porque nuestro mundo sin ellas no cabe la menor duda, estaría completa e irremediablemente perdido, pues ellas Sancho, son la fuerza de la vida y el motor que impulsa nuestra existencia”.

En este mes del año también coincide el natalicio de uno de los ex presidentes de México más estimados, el abogado oaxaqueño y nombrado Benemérito de las Américas, por su gran contribución a la libertad y a la independencia de nuestro país, Don Benito Juárez García, quien acuñó la frase: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Frase corta, pero con gran significado en cualquier ámbito del desarrollo y de la convivencia humana. Expresión que, de ser aplicada en la cotidianidad, contribuiría grandemente para disminuir las cifras de violencia en contra de las mujeres. Duele, y mucho, que México ocupe el décimo lugar en América Latina en cuestiones de violencia hacia las féminas según datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (2019). Mientras que el INEGI (2021) menciona que el 70.1% de las mujeres de 15 años o más, han experimentado algún tipo de violencia en México, siendo la violencia psicológica la de mayor incidencia.

Contrastante sería que en el día a día se respirara la frase de la filósofa, escritora y feminista francesa de los años 50´s, Simone de Beauvoir, “Que nada nos limite. Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia”. Entonces sí nos veríamos más bonitas, diciendo lo que pensamos, defendiendo nuestros puntos de vista sin miedos ni voz temblorosa, tomando decisiones sean cuales sean las consecuencias.

Mujer, no subestimes tus acciones, florece con tus palabras, seguramente la siguiente primavera escucharás más voces uniéndote al canto del Ave.